Por su parte, la taffeta desprende un brillo muy particular que sin llegar a ser excesivo (como el del latex o materiales similares) ilumina toda la figura de la quinceañera y, por supuesto, las sonrisas de admiración de sus pretendientes:
Pero mi material favorito por su sobriedad y tradición es la seda. Esta tela extraída del capullo de un tímido gusanito que lleva su nombre, ha sido la inspiración de los sueños de las quinceañeras -entre las que me incluyo-, sobre todo cuando tiene efecto satinado:
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